2 de noviembre de 2010

Cuando las noches que empezaban a ser reversibles, vuelven a ser eléctricas
Que se arrastran secretos.
Que cambiamos.
Sonreímos y tenemos sed (de inspiración o de lo que sea).
Vuelven escenas perdidas, sin duda.
Que todo se mueve y nadie sabe el porqué.
Algo muere, algo nace, y nos hace sentir tan bien.
Tan bien, en cualquier momento; antes, durante y después.
Corremos al anochecer.
No nos queremos hacer entender, simplemente.
Y sí, lo sabemos.
Que no es nada nuevo, pero vamos a destruirla.
Ya lo sabes.
Ojos, locura, suspiros.
Luces de bohemia.
Conversaciones profundas con taxistas entristecidos
(o desconocidos y sin licencia)

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